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El arte a través del horror, la enfermedad y la muerte

¿Vienes a turbar, con tu imponente mueca,

La fiesta de la Vida? o ¿algún viejo deseo,

Acicateando aún tu viviente esqueleto,

Te impulsa, crédula, al aquelarre del Placer?

Baudelaire


La humanidad a través de la historia se ha enfrentado a múltiples circunstancias naturales y biológicas que nos han enfrentado a la desgracia, la enfermedad y la muerte colectiva; las pandemias nos han enfrentado a nuestros más terribles miedos y oscuridades. La forma en que cada uno a lo largo de la historia ha logrado sucumbir a las infinitas reacciones humanas, ha de igual forma plasmado sus más íntimas emociones, recuerdos y perturbaciones mentales que surgen a partir de afrontar la enfermedad, la muerte y el abandono social, a través del arte, el arte se ha constituido como una forma de expresión evolucionista a través de las representaciones más íntimas del dolor, la tragedia y el horror, permitiendo de esta forma hacer eco de nuestros pensamientos y sentimientos más profundos, buscando refugio y catarsis, sacando nuestras angustias e incertidumbres, representando la realidad dentro de la fantasía, trascendiendo más allá de la fragilidad humana.


A través de la historia del arte podemos encontrar múltiples referencias a las epidemias y pandemias que enfrentaron nuestros antepasados, representadas inicialmente con múltiples indicaciones religiosas, se consideraba la enfermedad colectiva como un castigo divino, consecuencia de todos nuestros pecados, derroches y perversiones, muchas de estas obras artísticas están manifestadas mediante el horror, la desgracia, la tortura, la danza de la muerte como gran vencedora, los sentimientos de culpa, las múltiples temáticas míticas, de castigo y salvación divina.


Vemos entonces bajo estas referencias obras como:

Enterrando a las víctimas de la peste de Tournai, anónimo, 1349:

El triunfo de la muerte, Pieter Brueghel, 1560:

La plaza del mercado de Nápoles durante la peste de 1656, Doménico Gargiulo, 1612-1679:

San Roque como patrón de la peste, Pater Paul Rubens, 1623:

La peste negra, MichelL Apriete, 1720:

La peste, Arnold Bocklin, 1898:

Como podemos apreciar, muchas de estas representaciones artísticas describen las diferentes plagas y pestes que azotaron principalmente la edad media, en predominio la peste negra. Avancemos un poco más en la historia y veamos referencias a otras epidemias y pandemias como el ergotismo (intoxicación por micotoxinas: cornezuelo en el pan de centeno), la difteria, la lepra, la fiebre amarilla, la viruela, la tuberculosis y la gripe española:


Los Lisiados, Pieter Brueghel, 1568 (Lepra):

Los médicos de la leprosería de Ámsterdam, Ferdinand Bol, 1649:

Retrato de Chopin, Christian Delacroix, 1838 (tuberculosis):

Herencia, Edvard Münch, 1897-1899 (sífilis congénita):

Difteria tratando de llevarse a una pequeña, Richard Tennart Cooper, 1910:

Autorretrato Después de la Gripe Española, Edvard Münch, 1919:

Otras representaciones que también podemos encontrar son aquellas que referencian procedimientos médicos, curas aplicadas en su momento, sangrías, vacunas, etc.


El sangrador, Michael Ostendorfer, en Ratisbona, 1555:

Edward Jenner vacunando a un niño, Eugène-Ernest Hillemacher, 1884:

Ciencia y Caridad, Pablo Picasso, 1897:

Vacunación de niños, Vicente Borrás y Abellá, óleo sobre lienzo, 1899:

La enfermedad, las epidemias, las pandemias y las consecuencias fatales que de ellas derivan nos hacen enfrentar nuestros más terribles miedos, nos hacen recordar lo mortales y la experiencia transitoria en esta vida y en estas épocas, y aunque resulta ser normal el miedo que todo ello conlleva, también nos enfrenta a la posibilidad de generar capacidades físicas, emocionales y mentales que subyacen en nuestro más profundo inconsciente y nos permiten trascender hasta generar fortalezas diarias y vividas. Estos momentos actuales son un tránsito histórico que debemos afrontar de la forma más humana posible pero también de la forma más fuerte, recordando que a través de la historia hemos enfrentado enfermedades y tragedias oscuras y profundas y el ser humano ha trascendido a través de ellas sobreviviendo a las peores circunstancias.


Como un viviente, arrogante de su noble estatura,

Con su gran ramillete, su pañuelo y sus guantes,

Ella tiene la indolencia y la desenvoltura

De una coqueta flaca de porte extravagante

Baudelaire

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